lunes, 26 de abril de 2010

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Recuerdo la primera vez que comprendí la belleza de la danza clásica. Veía con entusiasmo como bailaban un grupo de chicas en la televisión , desde ese día quise formar parte de un grupo de baile, de aprender a amar la danza de esa manera. Con mucho sufrimiento aprendí todo lo necesario para poder entrar en ese mundo , desde aprender a contar los pasos a sentir la música . Desde que ya dejas de estar pendiente de los pasos , y sientes la música de verdad, empiezas a bailar con sentimientos, te olvidas de todo y sólo piensas en disfrutar de ese bello momento. Para algunos es una estupidez, para otros un simple pasa tiempo, pero cuando descubres de verdad lo que te puede hacer sentir esa estúpidez , comprendes el por qué de todos los sufrimientos que pasas para llegar hasta ese punto. Horas de ensayo, días y noches pensando en las caídas, en los tropiezos , en los nervios que has sentido, pero cuando llega el día de presentar todo tu esfuerzo, cuando ya esteas en el escenario olvidas todo y te centras en disfrutar, en demostrar todo lo que vales y todo el sacrificio que te ha costado.